ENTRE PLATOS ANDA EL JUEGO
"Julie y Julia" es un biopic basado en dos historias reales, una la de una famosa cocinera que escribió un libro de cocina y otra la una treintañera en crisis que decidió cocinar todas las recetas de ese libro en un año y escribir sus experiencias en un blog de internet que se convirtió en uno de los más seguidos. A priori la historia auqnue con cierta originalidad no se presenta demasiado apasionante y desgraciadamente la edulcorada visión de Nora Ephron no ayuda mucho a que lo sea.
Julia Child fue la mujer que cambió la forma de cocinar de los Estados Unidos. Sin embargo, en 1948, Julia era simplemente una norteamericana viviendo en Francia. El trabajo de su marido los llevó a París, y el infatigable espíritu de Julia anhelaba tener algo que hacer. Medio siglo más tarde, Julie Powell está atascada. Cerca de los 30, vive en Queens y trabaja en un cubículo al tiempo que sus amigas tienen un apabullante éxito; para focalizar sus energías, Julie se aferra a un plan, que a simple vista parece una locura: dedicarse un año exacto a cocinar las 524 recetas que componen el libro de Julia Child, y escribir un blog con sus experiencias.
Se trata de una comedia dramática sobre dos mujeres de dos épocas distintas interpretadas por Meryl Streep y Amy Adams que buscan realizarse como personas a través de la cocina. Y aunque el punto de vista pretende ser ligeramente feminista, a mi sólo me deja un tufillo machista enmascarado como ya me sucedió en otras películas de la directora (véase la pretendidamente romántica "Tienes un e-mail" como ejemplo, donde la protagonista para conseguir el amor de su vida y ser feliz debe dejar atrás todos sus sueños e ideales...) y es que la cocina no me parece el mejor lugar metafórico para reivindicarse como mujer...
Pasando a lo estrictamente cinematográfico, las dos historias que se narran en paralelo nunca quedan bien ensambladas y tampoco confluyen en un clímax que las complemente adecuadamente, consiguiendo estorbarse una a otra más que ayudarse, sin acabar por profundizar en ninguna de ellas. Por otra parte, además de desperdiciar la presencia de un magnífico secundario como Stanley Tucci, la directora consigue el dudoso honor de extraer una de las peores interpretaciones de Meryl Streep, que por muy bien que haya podido absorber la esencia del personaje real y su apariencia física, su interpretación resulta increíblemente forzada, sobreactuada y cargante, que más se parece a una caricatura que a una recreación, en una de las actuaciones más insorportables que le recuerdo, aunque no dudo que reciba premios por ella y alguna que otra nominación a galardones donde parece abonada y donde siempre gustan los actores que se caracterizan y fingen acentos exóticos. Por suerte, la historia de la blogera aunque convencional resulta más creíble y cercana, y la estupenda Amy Adams se convierte en lo mejor y más apetecible de la función, junto a los platos que prepara y que inexorablemente nos despertarán el apetito.
U.C. (Daniel Farriol)